Primer logotipo de El Silo de hortaleza

La servilleta que cambió Hortaleza

La verdad es que no sabemos bien cómo explicarlo, pero lo cierto es que todo empezó en una servilleta…

Una servilleta que ha ido evolucionando hasta lo que hoy véis. Nuestra Cerveza!!

No lo creeréis pero nuestra vision, en un principio, era la misma a la que todo cervecero casero aspira. Hacer disfrutar a tu gente más cercana (familia, amigos…) de tu pequeña producción elaborada en casa. Lo típico… 10 o 12 litros elaborados en tu olla, con tu cacharreo casero y que pones a fermentar y embotellas como mejor puedes. Una odisea en algunos casos y, en otros, todo un éxito del que disfrutaban unos pocos.

Lo que sí teníamos claro era que la cerveza que elaborásemos debía representar de una manera concisa y clara nuestro amor y pasión por el barrio (aunque solo fueran a beberla nuestros familiares ;). Queríamos que este concepto fuese nuestro buque insignia. Una cerveza de Hortaleza, elaborada por gente de Hortaleza y, lo más importante, ¡para gente de Hortaleza!

Como podéis ver, al final todo esto ha ido evolucionando y, en este momento, nos cuesta creer que hayamos llegado a este punto…

Y hay que entender porqué, ya que para nosotros, no es una cerveza cualquiera.

Para que sintáis Hortaleza como la sentimos nosotros, hemos elaborado todo con un mimo extraordinario:

Por fuera, nuestro emblema distintivo del barrio impreso en la botella: el Silo de Hortaleza. Uno de los primeros edificios de hormigón armado construido en España (año 1928), que simboliza la revitalización de una zona del extrarradio, por aquel entonces, con recursos limitados.

Por dentro, una cerveza con carácter, fresca y con un intenso aroma a lúpulo con el que hemos querido evocar la antigua Quinta de Huerta de la Salud y sus tierras recién cultivadas.

Ahora entenderéis mejor lo orgullosos que estamos de ser de Hortaleza y poder decir, por fin, que ya tenemos nuestra #cervezadebarrio.

Esperamos disfrutéis de este momento, tanto o más que nosotros.

Un fuerte abrazo y… ¡salud!